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1100 días transformando empresas

  • Jorge Mejía
  • May 4, 2020
  • 3 min read

En días pasados fui invitado a participar en un panel sobre “cómo transformar empresas en tiempos de crisis ”, un escenario en el que me sentí confiado, no sólo por la experiencia que he acumulado en diferentes empresas, países y situaciones complejas de mercado y economía, sino por aquella acumulada en estos 3 años que cumple hoy bicion de ser fundada, en donde hemos ayudado acerca de XX empresas en YY proyectos, logrando en muchos de ellos una transformación, no sólo desde el punto de vista operativo, pero financiero y jurídico. En dicho panel uno de los conferencistas, un joven emprendedor comentaba que lo que veía de incertidumbre y escenario complejo en esta pandemia, no era ajeno a él, pues en un emprendimiento siempre se vive así; no se sabe si la semana siguiente o el próximo mes se lograrán las ventas tan anheladas, si los inversionistas mantendrán su confianza en el proyecto, y si uno tendrá que enfrentar una situación de liquidación o de júbilo, pues no sabe si habrá con qué pagar la nómina o llegará aquel cliente o inversionista que “Compre” el proyecto.

Pues, reflexionando un rato sobre un comentario que parecía irónico, encuentro que es de lo más cierto que he oído. En la vida llegamos a un estado de tranquilidad que es como si pusiéramos el piloto automático y nos dejáramos llevar por la inercia de los logros en la vida y en los negocios, y cuando nos cambia repentinamente, se nos vuelve una crisis.

Es importante que los empresarios mantengan siempre una actitud de “crisis” en las empresas, basada en una planeación en donde siempre se debe poner al cliente en el centro de todo. Las empresas en su rutina terminan trabajando más para los procesos y el producto y con frecuencia olvidan la necesidad que están satisfaciendo, que es la esencia del negocio. Así mismo, se dedican a trabajar, y trabajar, y pasan las 8 o 10 horas del día resolviendo problemas y manteniendo la inercia, pero a veces sin tener claro el norte, y no lo tienen claro pues no valoran el tiempo que se debe sacar para planear, a corto, mediano y largo plazo, y a revisar dicha planeación al menos 3 veces al año. También, este plan debe tener indicadores de seguimiento simples y claros, que permitan a ese piloto monitorear semanal y mensualmente el negocio, y saber si estamos en rumbo, y si las condiciones del mercado han variado para hacer los ajustes necesarios en la operación que permitan a ese barco llegar al destino pensado.

Esta simple fórmula que hemos venido reforzando en esta época de pandemia a los empresarios, es la que con frecuencia hemos venido adoptando en nuestras mentorías en estos 3 años, en donde se trata de recordar cuál es la esencia del negocio, que es lo que satisfacemos y por lo que el cliente nos prefiere, a qué nivel queremos llevar ese negocio y como llegar allí, para luego generar los indicadores que nos permiten desarrollar las conversaciones que la empresa debe generar para alinear el equipo y focalizarlo hacia el cumplimiento de los objetivos.

Han sido 3 años de mucho apoyo y entrega a los clientes, pero de grandes aprendizajes entorno a las industrias, los productos y las metodologías que me han llevado a entender una Colombia diversa, apasionada, creativa y con ganas de crecer y ganar. Tres años simplemente fantásticos.

Jorge Alejandro Mejia

socio fundador bicion

 
 
 
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